Isabel Clara Eugenia


La infanta Isabel Clara Eugenia y Margarita Ruiz
(1585-1588), Alonso Sánchez Coello
La infanta Isabel Clara Eugenia (1566-1633), hija de Felipe II e Isabel de Valois, tercera esposa del rey español, se considera una de las principales figuras femeninas en el ámbito político del siglo XVI. Fue la hija más querida del monarca; por ello, contó con su ayuda en el trabajo administrativo, sobre todo para revisar y traducir documentos del italiano al español. Las pinturas, en general, suelen presentar a la infanta como una mujer seria, poderosa. El retrato en el que aparece con Magdalena Ruiz refleja su autoridad a través de la vestimenta. Lleva un traje bordado en oro y guarnecido por joyas, también lleva una lechuguilla, típica en la época. Esta última prenda, según varios estudiosos, fue diseñada para que Isabel I de Inglaterra, hermanastra de María la Sanguinaria ––segunda esposa de Felipe II––, pudiera ocultar las llagas que se le habían formado en el cuello por padecer sífilis.

El nombre compuesto de la infanta se debe a tres hechos. El primero lo hereda de su madre, Isabel de Valois, el segundo es porque el día en que nació coincidió con la festividad de santa Clara, y el último es producto de la devoción que Felipe II tenía por san Eugenio. La infanta quedó huérfana de madre cuando tan solo tenía dos años, acontecimiento que la unió a su padre notablemente, podría decirse que fue la hija predilecta del rey. Isabel Clara Eugenia y Catalina Micaela, su hermana, quedaron al cuidado de las amas, quienes les inculcaron una educación sólida del catolicismo. Ambas crearon un nuevo concepto de feminidad acorde con la mentalidad cristiana que representaban; esto se manifiesta por medio de la vestimenta –se disimulaban las formas femeninas–, sus modales moderados y costumbres. Así pues, se propagó la idea que la Contrarreforma imponía acerca de la mujer: su aspiración vital era ser madre y esposa.

La infanta Isabel Clara Eugenia (1579),
Alonso Sánchez Coello
Felipe II tuvo un final agónico debido a las calenturas, la hidropesía y otros males. Su último año de vida lo dedicó a reorganizar sus dominios en Europa. Su hija predilecta, Isabel Clara Eugenia, obtuvo la soberanía de los Países Bajos para que acabase con la insurrección de las Provincias Unidas del Norte. La infanta se trasladó a dicho lugar cuando Felipe III, su medio hermano, subió al trono. Junto con su esposo Alberto de Austria, consiguió neutralizar a los sublevados que pretendían terminar con el catolicismo e imponer el luteranismo, así como conseguir la independencia del país del dominio español.

En 1609, finalmente, se firmó la conocida tregua de los Doce Años, que trajo consigo un aumento del comercio y la industria en Amberes, Brujas y Gante. Cuando terminó este periodo de paz, Isabel Clara Eugenia, ya viuda, decide dar sus Estados a Felipe IV, dado que no tuvo hijos. No obstante, mantuvo su cargo de gobernadora; supo desempeñar sus labores con la cautela y la sensatez que su padre Felipe II le enseñó. Murió unos años después, en 1633, en Bruselas.


Comentarios

Entradas populares