Jugar en siglo XVIII
El juego del pelele (1791-1792), Francisco de Goya. |
En
el Paleolítico[1],
los niños, junto a sus progenitores, dedicaban gran parte de su tiempo a buscar
alimento. La agricultura trajo consigo un gran cambio social, dado que el
hombre, al hacerse sedentario, pudo invertir su tiempo en hacer otro tipo de
actividades. Se especula, pues, que los niños comenzaron a practicar
actividades lúdicas. Un grupo de arqueólogos encontró varios sonajeros
elaborados con fibras vegetales y piezas de arcilla, los cuales pudieron
pertenecer a niños de los primeros poblados del Valle del Nilo. Se localizaron
también en tumbas del antiguo Egipto o de Mesopotamia diversas muñecas de
trapo, madera o arcilla. Tales objetos se han hallado también en excavaciones
de civilizaciones griegas y romanas.
La
Edad Media supuso un retroceso en el área del juego. Por un lado, a través de
fuentes documentales, se ha observado cómo se educaba a las niñas para que
llevaran a cabo todo tipo de tareas domésticas. Por otro lado, se instruía a
los niños en la vida militar o en el cuidado de animales. No obstante,
posteriormente, el Renacimiento devolvió la vida al juego infantil. Pensadores
como Tomás Moro (1478-1535) o Luis Vives (1492-1540) reflexionaron acerca de la
importancia del juego y dejaron por escrito cuan importante es para el
aprendizaje y el desarrollo intelectual. El cuadro Juego de niños (1560) de Pieter Brughel refleja cómo los niños
llenaban de vida las calles y las plazas de los pueblos. Saltaban a la piola,
jugaban al escondite, a la pelota, etc.
En
la Edad Moderna se extendió el valor del juego y el juguete. De este modo, se
rastrean definiciones como la que aportó el diccionario de autoridades en 1723
sobre juego: «ejercicio de recreo o
entretenimiento honesto, en que lícitamente pasa el tiempo, aunque el exceso le
vicia las más veces y le hace perjudicial». Eruditos contemporáneos al
periódico histórico afirmaban, sin embargo, que el juego tenía un cometido
educativo, tanto a nivel fisiológico como psicológico y social; por tanto, no
tenía consecuencias negativas en el niño.
Francisco
de Goya (1746-1828) mostró a través de varias pinturas cómo se divertían las
mujeres. Esto ayuda a identificar qué juegos llenaban de vida las calles de la
España del siglo XVIII. El primer cuadro es el conocido El juego del pelele (1791-1792), donde se distingue una escena con
cuatro mujeres vestidas de majas. Este juego solía practicarse en fiestas populares o en ritos de despedida de
la soltería, pues simboliza el poder de la mujer sobre el hombre. El juego
consistía en mantear un muñeco de trapo, que simbolizaba una figura impopular.
Frederic V. Grunfeld[2] apunta
que era el medio por el que las mujeres protestaban contra la arrogancia
masculina. Aparte del cuadro de Goya, se observa en el Quijote una escena en la
venta en la que también juegan al pelele con Sancho. Los versos con los que se acompañaba el juego solían ser los
siguientes:
«El pelele está malo.
¿Qué le daremos?
Agua de caracoles
que cría cuernos».
«Pelele, pelele,
tu madre te quiere,
tu padre también,
todos te queremos.
Arriba con él».
La gallina ciega (1788), Francisco de Goya. |
La
pintura La gallina ciega (1788),
también de Goya, recrea el juego homónimo al nombre del cuadro, también
conocido en la época como el «cucharón».
Semejante denominación se explica por el uso de una cuchara de madera, dado que
la persona que tenía los ojos vendados soportaba este objeto mientras intentaba
alcanzar a sus compañeros. Este mismo pintor ilustró también el juego del
columpio, donde varias mujeres protagonizan la recreación. Otros juegos muy
frecuentes eran el escondite, conocido como «sal, salero, vendrás
caballero»
o el corro de la patata, llamado «la olla de Miguel».
[1] Amaya Morera Villuendas. «Jugando a la moderna». En Cuadernos de Historia Moderna [en
línea]. Madrid: Universidad Nacional de Educación a Distancia, v. XVI, 2018,
pp. 135-149 [Consulta: 10 abril 2019]. Disponible en: https://www.ucm.es/data/cont/docs/995-2016-03-24-Amaya%20Morera.pdf
[2]Azriel Bibliowicz. «El Quijote y el pelele». En Rinconete [en línea]. Centro Virtual Cervantes, 2005 [consulta: 9 abril 2019] . Disponible
en: https://cvc.cervantes.es/el_rinconete/anteriores/mayo_05/16052005_01.htm
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