Virgo lactans


Díptico de Melun (c. 1452-1455), Jean Fouquet.
A muchos les sorprenderá ver representada a la Virgen dando de mamar a Jesús. La figura de una diosa madre lactante ha estado presente en diversas culturas y diferentes periodos históricos, como sería el caso de las culturas mesopotámica e hindú  en la Antigüedad. Asimismo, se han recogido pequeñas esculturas en Egipto, donde se observa cómo Isis amamanta a Horus. Otro ejemplo es el de Hera que amamantó a Heracles y, según las fuentes mitológicas, la leche que se derramó de su pecho es la que formó la Vía Láctea[1]. El cristianismo, de una forma u otra, asimiló tal iconografía. La persecución de Herodes a la Sagrada Familia dejó retratos como el de la Virgen de la Humildad. La escena de la huida a Egipto presenta descripciones como la de la Virgen María sentada en el suelo con Jesús en su regazo.

Virgen de la Leche (XVI),
 Profesor de Santa Anna Hofie.
La primera reproducción de la Virgen de la Leche data en el siglo II y se sitúa en el cubículo de la Velatio de catacumba de Priscila, Roma.  Aparece sentada mientras acerca al niño Jesús a su pecho. Se hallan frescos similares en los conventos de Bawit y Saqqara, Egipto, así como en manuscritos y pinturas sobre tablas. El monasterio palestino de San Sabas se considera foco de difusión  del tema de la Panagia Galaktotrophousa, de este modo, llegó hasta Bizancio. Esto explica que se encuentren semejantes representaciones en monasterios del del monte Athos en el siglo VII. Desde la antigua ciudad griega, Bizancio, se propagó la iconografía de la Virgen Lactante hasta llegar a los Balcanes y a Europa en torno al siglo XII. Estos lugares fueron claves para el desarrollo de la imagen.

En la época gótica, María solía aparecer sentada en el suelo o sobre un cojín, junto a varios ángeles y santos mientras alimentaba a Jesús. Entre los siglos XIII y XIV, el arte italiano impulsó esta escena, donde la Virgen lleva una túnica roja y un manto azul, mientras que su Hijo toma el pecho. El modelo italiano se imitó por toda Europa, destacó en distintos reinos hispanos en los siglos XIV y XV, especialmente, en el de Aragón. Asimismo, fue un tema recurrente en los inicios del arte flamenco, del que todavía se conserva un gran número de pinturas con esta iconografía.
San Bernardo y la Virgen (1657-1660),
Alonso Cano. 

El Museo del Prado tiene varias obras representativas de la Virgen Lactante. Una de las más destacadas es la conocida como San Bernardo y la Virgen, de Alonso Cano. San Bernardo era devoto de María, por lo que cantaba sus alabanzas reiteradas veces durante el día. La Virgen lo recompensó con un chorro de su leche y, así, lo reflejó Alonso Cano en esta obra de arte. 




[1] Laura Rodríguez Peinado. «La virgen de la leche». En Revista Digital de Iconografía Medieval [en línea]. Madrid: Universidad Complutense de Madrid, vol. V, n.º 9, 2013, pp. 1-11. [Consulta: 17 enero 2019] Disponible en: https://goo.gl/nU2c46



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